contador de visitas

El señor de la casa colonial

Eran las 2 de la tarde cuando pensamos en ir a visitar al señor de la casa colonial de El Tambo, casi que única en este pueblo, pensábamos en llevarlo al parque si pudiéramos, y que allí cuente lo  de este pueblo que se esconde entre los maravillosos montes carnecinos de estas montañas que se aplagan de relatos, pero nunca pensábamos que íbamos hablar a propósito de esas fantasías que se ocultan en alguna cueva montesina* (las mujeres) y aquí lo que paso.

Así pues entramos en una procesión alegre y entusiasta, como dos terneritos al contemplar de lejos la vaca, o como dos gallos al saber que cantaran justo cuando ellos deseen y que cuando ellos quieran siempre amanecerá o cosa así. De este modo lo saludamos:


-Buenas tardes.
-Buenas tardes.
En ese momento nuestros corazones o al menos el mío, porque mi compañero se ha ido, lastimosamente ya ha de venir, pero por su ausencia escribiré y no lo incluiré, tan solo por goce(es un poco complicado y quiere censurar algunas cosas que dijo, pero yo no). viendo yo un cuadro de Marilyn Monroe -ya me imaginaba haber visto mujer más bonita en el mundo- la verdad que no me pareció ni un poquito más bella que la ya pensada, ni menos ser la ya vista: la mujer más bella del mundo.
Casi que gritando(o tal vez gritando en de veras) mi compañero dijo:



- ¡A ella la mandó a matar el gobierno de los EEUU!, porque ella fue amante, entiende, amante. De esos amantes que no pactan nada, de esos que no se pueden propagar porque son cosa de intriga, ¡de esos amantes que no se podrán ver en los parques!, ¡ni en los cines!, ¡que solo ellos saben dónde verse o que tal vez no! ¡“Que andan sin buscarse pero sabiendo que andan para encontrarse”!

O que si acaso pensaban, que todo es cosa de rituales y de domesticación, o que ni se consideraban ser amantes palpables, si no fantásticos, puesto que pensaban:

¡“que se andaban mirando por todos lados, especialmente cuando cierran los ojos”!
Y que por todo esto, Marilyn Monroe sabía mucha información del gobierno y decidieron matarla.
-No-dijo el señor.
- ¿No qué?-dijo mi compañero.
- ¡A ella no la mataron ella se suicidó!, nada más -dijo el señor.


Resulta que quedamos de vernos mañana por la mañana -por culpa de mi compañero me toco citarle y darle hora y fecha a nuestros encuentros -para que no piense que somos amantes (o que queremos serlo) puesto que lo visitamos sin encontrarlo, solo encontramos sus relatos y ni rastros de él. De los amantes podemos decir que son libertad y encuentro.



*Cueva montesina: alusión a la cueva de montesinos donde Don Quijote dice haber visto a el mago Merlín, y a su amada Dulcinea del Toboso, transformada en una campesina, por culpa del encantamiento, aunque su escudero no le creyera nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario